Pues aquí está un servidor, me llamo Víctor y en realidad soy un lector como cualquiera de la sección DarkEargasm. Paso gran parte de mi tiempo libre escuchando discos, como mucha gente por supuesto. Discos que se estrenan, discos que me recomiendan o que me he ido perdiendo a lo largo de estos años… así que a un buen amigo le pareció buena idea que compartiera mis más que cuestionables opiniones sobre lo que escucho.
Me hace especial ilusión esta review, por ser la primera que realizo en toda mi vida y por tratarse de una escucha en primicia, eso siempre tiene morbo. Así que lo primero que hice es buscar quienes son Litost.
Este nombre según nos explica la banda es un término filosófico relacionado con la introspección y la miseria humana. Con esa intención a mi inicialmente ya me han ganado, pero prosigo, perdonad… esta banda valenciana la conforman Manri (guitarra, voz), Joaquín (guitarra), Pedro (bajo, voz), Daniel (batería).

Así que me llegan los archivos, material puro no escuchado por casi nadie. Me dispongo a esa primera escucha y abro las tracks sin siquiera mirar el volumen de mis auriculares… y bum Tromba. Y sí, entra igual que suena el nombre del tema, como una tromba de agua en una tormenta desesperada en verano. Gracias a ese inicio high volume que se me llevó parte del tímpano, entré de lleno en esa energía que tiene el inicio del disco, ya con unos destellos técnicos que me daban miedo.
Normalmente al escuchar los discos, si no me convencen en los primeros tres, paso a tomármelos como deberes, y los deberes a veces calan y a veces no. Pero esta gente me gusta, van al grano, y son lo que son, una purísima banda de black/death/crust metal. Me encantaría saber en qué afinación están, debería preguntarles (¿?).
Dejé que sonaran un tema detrás de otro y empezó Espectro, un alarde de fundamentos del death/black con un blast-beat muy bien dosificado durante el tema. Llegados a este punto y habiendo escuchado dos temas con vocales hay que decir que la voz principal es exquisita, su articulación me recuerda a M.A.R.S de mis queridos Habeas Corpus, con mucha furia y un buen mensaje que repartir. En este tema también me parece vislumbrar a Opeth en algún rinconcito, supongo que por mi obsesión por ellos hasta el 2008. Me encanta cuando aparece un interludio de acústicas con esa harmonía tan triste, hace que los temas respiren. Y es que esta banda trabaja bien estos parones pues tras este tema entra un interludio llamado Vigilante del Abismo que da mucho aire a la energía desbocada que tiene el disco en general.
Pero tampoco dejan que decaiga mucho y sufrimos una Emboscada muy cruda al estilo crust más suciete. Este rollo punk me hace volver loco y destruir lo que queda de mis cervicales. Sus riffs mega pesados hacen revivir una olla de deathcore a ojos cerrados. Hacia el final del tema se ponen más groovies y demuestran su calidad técnica a grandísima velocidad.

Y llegamos al punto en el que me enamoraron. Aunque soy del parecer de que en general no habría que dividir los discos en temas, Simún para mí es un tema especial. Aquí fue cuando me sentí “comprendido” y es que esos toques hardcore en los momentos clave, con una exquisita habilidad técnica hacen que quiera volver a escuchar el disco entero quedando aún tres temas para acabarlo. Este tema para mí es clave pues acoge lo más puro de la banda y hace que la dinámica del disco siga en un punto álgido, aparte de tener la capacidad de transmitir lo que la banda quiere que sintamos.
Entramos en otro interludio, Barján de Céfiro, deleitándonos con un trance hindú para luego darnos en los morros con esas entradas animales típicas del math/prog. Y así, sin aviso, empieza Vendaval, un tema semi instrumental que añade toques progresivos a este disco que ya estaba más que completo.
Estos zagales meten solos de guitarra e interludios cuando los temas lo piden; y eso para mí es difícil cuando uno produce temas. Además, con temas como éste y el siguiente la banda no tiene nada que envidiar a los grupos de prog-metal.
El disco finaliza con Galerna. Un tema que tiene que ser aplastante en directo, a largo plazo creo que a la gente se le pegará el riff inicial y el verso. Ser el último de los temas en este caso no significa nada, se trata de otro viajazo que se desmarcha de nuevo hacia el universo prog con un interludio instrumental muy bien producido y unos solos que convencen, tanto como en Vendaval.

En resumen y para no alargar mucho, esta debe ser una experiencia individual, así que os animo a que lo disfrutéis. Me han enamorado a nivel vocal, cosa que a veces cuesta conmigo. Este disco goza de un volumen equilibrado para todos los instrumentos y representa una importante mejoría respecto al disco anterior de la banda (Ethos, 2019). Lo he vivido como unas memorias a corazón abierto de sus componentes, y es que tras estos años tan oscuros esta banda hace que empatices con ellos y te unas a su mensaje de desesperación por una mejora de la comunidad humana.