Yann Tiersen presenta su últim disco «All» en Barcelona y otras cuatro grandes ciudades españolas
El Auditori Fòrum del CCIB abrió las puertas a una nueva y esperada cita con el compositor y cantautor francés Yann Tiersen, en la última parada de su tour. Yann Tiersen lleva ya una larga trayectoria a sus espaldas, tan heterogénea como el público que había en la sala. De las bandas sonoras de películas y los sonidos clásicos al minimalismo y naturalismo más exótico — y por qué no decirlo, un tanto extravagante —. De hecho, fueron las bandas sonoras de Amélie y Goodbye Lenin! las que le catapultaron a la fama, pero en su último trabajo queda poco de esos sonidos. Lo que está claro es que los que le conocieron como el compositor de Amélie o Goodbye Lenin! han tenido que quitarle esa etiqueta porque no le hace justicia.
En esta gira, el músico elegido para abrir el espectáculo fue el compositor Geysir. Supongo que nadie espera ir a ver a Yann Tiersen y encontrarse con un show que podría darse en un festival de música electrónica, pero como ya sabemos, Yann Tiersen está fuera de lo tradicional y quiso dejárselo claro al público desde el preludio de sus dos horas de concierto.

Yann Tiersen nos presentó un concierto a modo de obra teatral dividida en diversos actos, que separaban sus composiciones clásicas más vintage y mainstream del sonido que han adquirido sus últimos trabajos, en los que pretende evocarnos en diferentes ambientes en plena naturaleza. Los diversos actos iban alternando sus diversas facetas y generaban contrastes que corrían el riesgo de desconcertar al espectador pero que, sin embargo, lograban mantener su atención permanentemente y seguir a Tiersen y sus acompañantes en cada movimiento que daban.

Tanto Tiersen como sus músicos se deslizaban de un instrumento a otro con una delicadeza y facilidad que evidenciaba el gran virtuosismo de todos ellos. En ocasiones, Tiersen se atrevía con más de un instrumento a la vez y nos sorprendía tocando el piano con una mano y el acordeón con la otra. Otras, se aventuraba con un piano de juguete. Después se acompañaba de un magnetófono apodado Alex y más tarde pasaba a agitarnos con el clavicémbalo. Todo esto con la soltura y la tranquilidad que le aportan el mix de su talento innato y las tablas sobre el escenario.

Tras hora y media de concierto, el compositor francés se despidió entre aplausos y el público le ovacionó durante minutos, dejando claro que estaba a sus pies. Los asistentes casi le suplicaron un bis y él se lo dio. Y les hizo un regalo. Era la última parada del tour y tenía que ser especial así que les obsequió con una canción que aseguró que nunca había tocado ante el público: Closer. Este fue el broche final de una noche en la que Yann Tiersen dejó mensaje muy claro: él no se conforma con mostrar su faceta convencional o apostando por su faceta más oscura y abstracta, él quiere sorprender haciéndolo todo y mezclándolo con elegancia. Veremos con qué nos sorprende la próxima vez.
