Tres años después de su último disco (y cinco desde su último disco bueno), Mando Diao dan el enésimo giro de timón (a los que nos están malacostumbrando, rara vez para bien) en busca de una dirección clara para la banda. Con un cambio de etapa marcado por la marcha de Gustaf Norén (cantante, guitarrista y principal compositor de la banda), tienen ante ellos un gran reto: hacer un disco en que la calidad esté a la misma altura de lo que se espera de una banda como esta.
Empezar una nueva etapa nunca es fácil, y en este caso la banda opta por arrancar el disco con un tema épico a voz, piano y sección de cuerdas (Break Us) en el que el ahora único vocalista Björn Dixgård se reivindica como único cantante, y aprovecha para mandar un mensaje de unidad ante las adversidades que han golpeado a su banda estos últimos años. Un acierto sobre el papel, un excesivo atrevimiento al fin y al cabo: no es lo que uno espera encontrar como apertura del álbum, y hace que la canción sea un largo trámite hasta el inicio real del disco.
Ya desde los primeros temas podemos ver como la banda aboga por pasar página del Electropop de Ælita, y volver a acercarse a las sendas del Garage y los toques ochenteros que tan buenos resultados les habían dado en el pasado. ¿Lo bueno? Que van sobre seguro. ¿Lo malo? Que al fijarse tanto en las formas han perdido frescura, haciendo que algunos cortes se hagan previsibles y pesados, a la vez que encontramos verdaderos temazos. Un buen ejemplo de trabajo bien hecho es «All The Things«, una canción potente y directo hecho a medida para los integrantes actuales que sube y sube hasta un final extasiador. Otro ejemplo en esta línea es «Good Times«, la canción que pone nombre al disco.
Viendo como hasta aquí, los suecos han seguido lo que sería la trayectoria natural del 2012, «Shake» es la sorpresa agradable del disco: sin perder la garra en la melodía, el track aporta trazas de Funk al grupo, demostrando que es un estilo que dominan, que ya habían explorado en el pasado, y mostrando un camino que seguramente explotarán más a menudo en próximos lanzamientos.
Una vez nos acercamos al ecuador del disco, vamos viendo como la calidad mengua. Temas como «Money» o «Voices on the Radio» muestran que aunque el grupo tiene ganas de seguir evolucionando y creciendo, no siempre todo sale como uno quiere. En estos casos, el resultado son canciones descafeinadas que muestran como Mando Diao está buscando llenar el vacío de las composiciones de Norén.
Para entender este último trabajo tenemos que contextualizarlo, y entender que la banda se encuentra en medio de una clarísima etapa de transición. La decisión de no buscar un sustituto al miembro que falla ha obligado al grupo a tener que experimentar y probarse, logrando a su vez grandes aciertos y errores a tener en cuenta. Han apuntado bien, les ha faltado fuerza y frescura.