Ya me tocaba conocer esta nueva sala de la que todo quisqui está hablando y todavía no había puesto pie y oídos en ella. Estoy hablando de la sala de conciertos de La Textil, en C/Casp: bar, restaurant de gastronomía moderna, cervecería, y nuevo enclave donde lxs responsables de la ya desaparecida sala Rocksound (el CBGB´S vernáculo) programan los conciertos de Producciones Rocksound/Acaraperro. La cita prometía, conocería de primera mano este nuevo templo y a una de las bandas protagonistas de la escena French Noise, los KOMODOR, que nos visitaban por primera vez, presentando su único Lp editado hasta la fecha: “Nasty Habits”.
La vieja costumbre de programar el comienzo de un show a una hora y acabar arrancando cuarenta y cinco minutos más tarde no me importó tanto porque una vez dentro de la sala pude comprobar lo que me habían comentado sobre la muy buena acústica solo escuchando la música (una magnífica selección de Rainbow con Dio) que amenizó la previa, y con una pinta de rubia artesanal en mano ya solo me quedaba desear que cuando los bretones enchufaran sus instrumentos sonasen así de recios. Y vaya que lo hicieron: “Give Up”, el track que comienza su único y muy recomendable larga duración abrió el show, tronando parejo, distorsionado y sobre todo: FUERTE Y SUCIO. Los guitarrazos iban y venían y al promediar el show ya estaba casi convencido, si cerraba los ojos, de que estaba en un garito del Detroit de fines de los años sesenta del siglo pasado, siendo testigo directo de algún acontecimiento de la historia de la música moderna, teniendo como protagonistas al Alice Cooper Group o a los MC5 o a los Stooges o a los Amboy Dukes.

Hablemos claro: soy de los que cree que en el rocanrol ya está todo inventado, y los KOMODOR, tanto como cualquiera de las “nuevas” bandas revival de música y estética de los años gloriosos del género, entre el 67 y el 72, lo único que pueden aportar es alguna vuelta de tuerca en lo compositivo y no mucho más. Pero la diversión es esencial… y si no te diviertes como público en un show de rocanrol, esa banda está muerta. Y en eso de divertir han demostrado que ya saben los KOMODOR, porque ellos mismos se divierten arriba del escenario tocando su música y es lo que transmiten a la audiencia, que no para de sacudir melena (lxs que tienen) con cada golpe, grito o guitarrazo que suelta la amplificación del escenario.

Para destacar: la PRESENCIA de la banda al completo: por la estética y el sonido, con las tres guitarras en activo algunas canciones sonaron demoledoras, sobre todo sus hits: “Believe it”, “Just an Scape” o la misma “Nasty Habits”
La SALA: construida desde cero y sin escatimar en acondicionamientos de acústica e iluminación, lo que agradecemos los oyentes y fotógrafos. Entusiasma mucho saber que la ciudad ya dispone de un espacio, huérfano desde que tuvo que cerrar la Rocksound, con capacidad para doscientas personas donde se puedan presentar bandas y artistas emergentes.