LOS MEJORES DISCOS INTERNACIONALES DE 2022
En esta entrada han participado: Pol Taltavull y Xavi Bruguera
20 – Beach House – Once Twice Melody (Sub Pop)
El dúo de Minnesota vuelve a publicar un álbum cuatro años después de su aclamadísimo “7”. Replican su fórmula del éxito, con su Dream Pop delicado y espiritual, aunque incorporan detalles prácticamente imperceptibles que consiguen hacer que nos volvamos a enamorar: compases con simetrías rotas, toques de vocoder y algún solo de guitarra que se acerca al Rock.
La espera ha valido la pena, pues se trata de un disco doble que roza la hora y media de escucha.
19 – Steve Lacy – Gemini Rights (RCA)
Con tan solo 24 años, Steve Lacy ya ha conseguido que su nombre no sorprenda en los recopilatorios y rankings anuales. Después de su despegue en 2019 con “Apollo XXI” y de aparecer en créditos de artistas tales como Solange, Tyler the Creator o Vampire Weekend, su segundo disco lo afianza como uno de los pilares del sonido Neo Soul americano que está subiendo.
18 – Wet Leg – Wet Leg (Domino)

El debut de Wet Leg es el sueño de toda banda: número uno en Australia e Inglaterra, cuatro nominaciones a los Grammys y la nominación al «Album of the Year» de los Mercury Prize. Definidas como Bubblegum Grunge Pop, las inglesas juntan doce temazos de ritmo frenético y melodías simpáticas que harán las delicias de todos los seguidores del Rock Alternativo de los 90s y 00s.
17 – Dry Cleaning – Stumpwork (4AD)

Ha tenido que pasar poco más de un año para que Dry Cleaning dejen atrás su excelente debut “New Long Leg” y nos regalen un juguete nuevo. Stumpwork es más maduro, con más variedad en la producción y con Florence Shaw llegando a entonar alguna nota, abandonando de esta manera el spoken word como único método de expresión.
A pesar del nuevo paso adelante, el disco trae una fórmula parecida a su anterior trabajo: líneas de bajo increíbles, guitarras trepidantes y el sonido post-punk acompañado de las letras surrealistas habladas marca de la casa.
16 – Mitski – Laurel Hell (Dead Oceans)

Laurel Hell parece un tratado que pretende reescribir la definición de Pop, empezando desde los años ochenta hasta el presente. Se trata de un disco con un sonido accesible y equilibrado, con melodias bonitas y letras muy sentidas. Es cuando lo observas de cerca que te das cuenta de que está tejido de una manera casi obsesiva: la programación de cada sonido es excelente, la sucesión de acordes es muy impredecible y hay cambios muy sutiles en las estructuras que aportan un dinamismo inusual.
Mitski puede ser esa artista que abra la puerta del Art Pop a oyentes más acostumbrados al sonido Pop convencional.
15 – Father John Misty – Chloë and the Next 20th Century (Sub Pop)

Después de un inicio marcado por su salida de Fleet Foxes y un asentamiento en un Folk Orquestal Psicodélico muy propio, Josh Tillman ha sabido dar con mucho acierto el siguiente paso en su sonido, abrazando el Jazz de la época dorada de Hollywood, con la guitarra acústica en un segundo término y la orquesta tomando el control.
Para adornar el disco, también coquetea con sonidos de Country tradicional (Only a Fool), Bossanova (Olvídalo (Otro Momento)), y su esperadísima balada Buddy’s Rendezvous en la que colabora Lana Del Rey en su versión alternativa. ¡Qué grata sorpresa la de este disco!
14 – Angel Olsen – Big Time (Jagjaguwar)

Después de su barroco “All Mirrors”, la artista de Missouri ha abierto las cortinas y se ha vestido con gorro, botas y tejanos para publicar su disco más luminoso.
En este caso, ha usado el Country como lienzo para verter recuerdos y deseos alegres y tristes. Cuerdas y metales apoyan a un “Big Time” que aunque disponga de Pedal Steel Guitar, Mandolina y toda clase de teclados, brilla por su bellísima simplicidad.
13 – Frankie Cosmos – Inner World Peace (Sub Pop)

El Rock adolescente dosmilero revive de la mano de Greta Kline. El quinto trabajo de la norteamericana nos devuelve esos ritmos acelerados pero no frenéticos, con un punto de fragilidad y toques Psych-Pop que nos recuerdan que estamos en 2022.
Un disco muy completo, con 15 canciones suficientemente variadas como para que no suene monótono. Destacar la parte rítmica (bajo y batería) que constantemente está aportando grooves muy variados, logrando que puedas escuchar el disco en bucle y cada vez encuentres un detalle nuevo que consiga hacer que la audición suene fresca.
12 – Sharon Van Etten – We’ve Been Going About This All Wrong (Jagjaguwar)

Sharon Van Etten nos deleita con su disco más épico hasta la fecha. Usando un sonido reposado y muy acústico como lienzo, la cantante de New Jersey nos muestra toda la paleta de colores de su voz, desde graves profundos hasta los llantos más agudos.
Sus cantos épicos y melancólicos contrastan con ciertos temas más Indietrónicos que se salen un poco de la línea y aportan frescura al largo. Destaca “Mistakes”, la canción más Pop de su discografía, un hit Disco que ha conseguido pegar fuerte.
11 – Widowspeak – The Jacket (Captured Records)

El tándem que forman Molly Hamilton y Robert Earl Thomas sigue de dulce y lanzan otro disco excelente. Álbum con una propuesta continuista, delicado, con toques de Shoegaze y algún que otro ritmo bailable se dejan ver dentro de su particular y ecléctica mezcla de Dream Pop y Outlaw Country marca de la casa.
10 – black midi – Hellfire (Rough Trade)

Con tan solo 23 años de edad y con un álbum de debut lanzado en 2019, Black Midi ya han conseguido consagrarse. En este tercer capítulo de su discografía, su particular sonido vibrante distorsionado ultra caótico y sus contrastes se suman a una exploración de estilos tales como el Flamenco o el Country. Por su parte, las melodías adquieren un toque teatral que nunca habían mostrado.
Para esta ocasión, añaden saxo y teclados a su disco, hecho que refuerza el sonido Jazz y Rock Progresivo matemático que vienen firmando.
9 – Cate Le Bon – Pompeii (Ernie Records)

Cate Le Bon vuelve a lanzar un disco al alcance de muy pocos artistas. Componiendo desde el bajo y grabando prácticamente todos los instrumentos, la galesa se afianza como la artista insignia del Art Pop contemporáneo.
Disco denso, que puede costar en una primera escucha, pero que a cada vuelta permite descubrir una capa nueva.
8 – Ethel Cain – Preacher’s Daughter (Daughters of Cain)

Ethel Cain se presenta en sociedad con un álbum de pop sorprendentemente oscuro. Si bien su biografía y su discografía publicada (que mezcla Dream Pop, Rock clásico y canto gregoriano, entre otros géneros) ya daba pistas, era difícil imaginar que su debut en el formato largo pudiera ir tan duro.
Trip Hop, Pop Alternativo, Dream Pop e ideas de Slowcore se entremezclan debajo de una capa gótica que todo lo oscurece para vestir un disco que trabaja una visión conceptual de unos Estados Unidos diferentes a los que Hollywood vende: un país sucio, oscuro, hipócrita, asfixiante, salvaje y lleno de dolor. Pocos artistas han mostrado tanta madurez a la edad de 23 años.
7 – The Smile – A Light for Attracting Attention (XL)

El enésimo supergrupo formado por miembros de Radiohead nos regala otro disco excelente. En este caso, Thom Yorke y Jonny Greenwood unen fuerzas con Tom Skinner, un baterista proveniente de la escena del Jazz.
El trío nos trae un álbum que, aunque no dista demasiado del sonido de la banda madre, su acercamiento más accesible logra que pueda enganchar desde una primera escucha. Temas enérgicos, con ritmos de batería fascinantes y un Jonny Greenwood que brilla más que nunca.
6 – Charli XCX – Crash (Atlantic)

Crash salió un 18 de marzo, coincidiendo con el lanzamiento Motomami de Rosalía. Este hecho le restó mucho protagonismo y ha causado que, injustamente, pase muy desapercibido en el territorio español.
Por su parte, Charli XCX nos trae un disco de Hyper Pop muy bailable, con muchas referencias al sonido 80s y 90s y con Janet Jackson como influencia destacable. Colaboraciones de lujo como Christine and the Queens, Caroline Polachek o Rina Sawayama se suman al enésimo buen disco de la artista de Cambridge.
5 – Arctic Monkeys – The Car (Domino)

Ha tenido que llegar 2022 para que Arctic Monkeys sean la banda popular que siempre han merecido ser. En el momento de la redacción de este artículo ocupan el puesto 60 de los artistas más escuchados en Spotify, en gran parte gracias a la reciente popularidad en TikTok de temas que publicaron hace más de una década.
Por su parte, los de Sheffield abren más la brecha entre la banda que fueron y la banda que son ahora, dando un golpe sobre la mesa, demostrando que “Tranquility Base Hotel and Casino” no fue un experimento. “The Car” es maduro, glamuroso, cinemático y cuidado al detalle. Cinco años (y una pandemia) les han servido para andar la senda del Lounge Pop, el Pop Barroco y el Rock Orquestral, en un trabajo de diez temas en los que la guitarra recupera parte del protagonismo perdido y las secciones de cuerdas aportan detallas en cada una de las canciones.
Solo por “Body Paint” (el tema central del disco) ya hubiera valido la pena la espera: un track melancólico con un pie en el presente, pero que en su parte final sobrevuela esos Arctic Monkeys que fueron y que ya no son.
4 – Weyes Blood – And in the Darkness, Hearts Aglow (Sub Pop)

Natalie Laura Mering lo ha vuelto a hacer. Después de un aclamadísimo Titanic Rising (2019) y de una carrera donde la calidad ha sido excelente desde su comienzo, no defrauda y vuelve a dejarnos otra pieza de museo. Disco de crooner, delicado, relajado, con la típica mezcla de Dream Pop e Indie-Folk con el toque místico-divino que caracteriza a la americana.
La misma artista ha comentado que este disco es el segundo de una trilogía. Esperaremos impacientes la culminación de lo que parece que puede ser una de las obras que marque la década de los 20.
3 – Kendrick Lamar – Mr. Morale & the Big Steppers (PGLang)
Cinco años después de DAMN, Kendrick Lamar vuelve con un nuevo trabajo de 18 tracks que giran en torno a los temas que han salido de sus sesiones de terapia. Letras punzantes y confesiones rompedoras nos muestran la cara más frágil del rapero de Compton.
A pesar de que la instrumental se trata de manera muy minimalista (para no eclipsar el contenido lírico), el álbum cuenta con una gran variedad de subgéneros de música negra apoyados por artistas de la talla de Pharrell, Thundercat o Sam Dew.
2 – Alvvays – Blue Rev (Polyvinyl)

Después de un silencio muy largo y especulaciones de hiato, Alvvays demuestran que están más vivos que nunca. Su Twee Pop shoegazero vuelve más caótico, con los pedales de reverb activados y hits repartidos a lo largo de todo el disco.
Suena a Alvvays, pero también a The Smiths, My Bloody Valentine o hasta The Strokes.
1 – Beyoncé – Renaissance (Parkwood)

El séptimo disco de la diva norteamericana vuelve a funcionar como una suerte de coral de productores y compositores coordinados por Beyoncé para conseguir hilvanar el que probablemente sea el mejor disco del año.
Concebido durante la pandemia después de seis años sin novedades, el disco destaca por su eclecticismo, siguiendo el camino más experimental que arrancó en “Lemonade” (2016). En esta ocasión nos sorprende con un formato de mezcla de DJ (las canciones no tienen un corte de inicio y final) un tono más agresivo de lo normal y temas con estructuras rotas. House, Dancehall y Hip-Hop se unen a los habituales Gospel, Soul y R&B, complementados por una lista infinita de subgéneros. Un álbum brillante, de un calibre altísimo, solo al alcance de muy muy pocos.