Desde no hace mucho tiempo que estoy cubriendo conciertos del circuito del metal extremo en Barcelona y alrededores. Fue por propuesta e iniciativa de un buen amigo, redactor de la sección DARKEARSGAM, dedicada al rock y metal de la revista digital donde lees esto, también fotógrafo como yo y guitarra de MATOTE, que desde que nos conocimos hemos tenido una conexión muy especial a partir de nuestras aficiones y gustos culturales. Siempre nos quedó en proyecto hacer algo juntos, y no pasó mucho tiempo para que me propusiera colaborar en la sección que él dirige, como fotógrafo y redactor. Fue y es toda una alegría para mí volver a fotografiar y escribir después de bastante tiempo sin hacerlo. Sinceramente, no tenía la mínima idea de que había tanta movida de metal extremo por estos lares, tantos sitios escondidos y maravillosos donde la parroquia vestida de negro comulga su devoción a los ritmos satánicos todos los findes a pesar de vivir todos en una ciudad en la que el rock y derivados no tienen cabida. A veces distintos conciertos se solapan en la misma noche, lo cual da una clara señal de la buena salud de la escena y de la buena proyección que esto promete. Da gusto ser testigo directo de la comunión entre pares que se vive en cada concierto por parte de los músicos y de la peña, de ver los esfuerzos por equiparse y tocar en lugares en condiciones, editar discos y seguir tirando de un mismo carro cuesta arriba, en un acto de resistencia al medio y las circunstancias.
El sábado pasado tocó peregrinar hasta las tierras de Bellvitge, en la República de Hospitalet, para asistir a la vuelta de los maños ATARAXY junto a los locales GUILLOTINA y ver debutar en directo a SANCTUARIUM en la excelente sala ZOWIE.
Puntualmente arrancaron los SANCTUARIUM, cuarteto de dos guitarras, batería y voz que presentaban en sociedad su propuesta de Funeral/ Death/ Doom de altos decibelios que los presentes seguimos atentos. Cuentan por el momento con una demo publicada en los canales habituales de difusión que no hace justicia al sonido contundente de la banda en directo, sobre todo en las partes de voz. Logran un aire gótico en los ambientes que crean, propios del Funeral/ Doom que practican, que siguen a cortes rítmicos propios del Death más salvaje de estilo Old School. Gran presencia en el escenario del cantante. La banda promete, y mucho, estoy muy seguro de que serán unos habituales en el circuito por mucho tiempo.
Al poco que acabar los SANCTUARIUM les tocó enchufar a los ya bien establecidos GUILLOTINA, banda de cinco miembros que desde minuto uno sugieren un set lleno de trallazos hiperactivos que invitan a una fiesta Death/ Crust descontrolada. Desde arriba del escenario, Joan Gau arenga a la peña todo el tiempo, berrea, salta, bebe, estira y ensancha la vena de su cuello con los guturales; es tal vez una de los mejores front mans de la escena. Lo dicho, GUILLOTINA hizo sacudir y rodar cabezas en los cuarenta minutos que duró el show, dejando calentito al respetable para lo que se venía.
Desde que vi salir a escena y escuché tocar las primeras notas de los ATARAXY me hice a la idea de que algo importante iba a ocurrir. Los de Zaragoza presentaban su último trabajo, “The Last Mirror”, un compendio de trallazos empapados de Black/ Doom/ Death con ambientes verdaderamente épicos y Lovecraftianos. Fue arrancar el primer tema de este modo, suave, profundo y obscuro para seguir a los breaks más rápidos en el que el batería destacaba por encima del buen nivel del resto. Mamma mía, que rápido y fuerte toca ese muchacho!! Y preciso!! Volaron baquetas astilladas desde el escenario al público. El cantante y guitarra ya en pintas no podría ubicarle en otro estilo musical que el que bien práctica, y cuando abre la boca es para confirmarlo. No es de extrañar que sean una de las bandas del Black en activo más respetadas y seguidas de la península.
Fue una experiencia espectacular la que viví el sábado pasado en la ZOWIE, que seguí saboreando de camino de vuelta a casa. Y no solo por la calidad de las bandas que pude ver en directo, sino también por lo que me ha inspirado a escribir la introducción a este artículo, la calidad de la gente que mantiene este circuito con buena salud. Hay una escena muy bien establecida, hay fraternidad, hay buenos proyectos que comienzan y se establecen. Hay un caballo muy fuerte que tira de este carro, y es la pasión. Y déjame decirte que mientras haya esta pasión rampante que nos una, esta locura que hacemos que pocos entienden, ya podemos jactarnos de haber conseguido el éxito.