Crónica del concierto ofrecido por Kaleo el 8 de diciembre de 2017 en Razzmatazz, Barcelona.
Fotografías: Mercedes Suitfil (más en nuestro facebook)
Kaleo es un grupo de contrastes, no sólo chocan lugar de procedencia y estilo musical, también el modo como hemos llegado a conocerlos, los temas… incluso el propio título del disco (“A/B“). Todas estas diferencias se reflejan sobre el escenario, o por lo menos, así lo hicieron en el concierto de Barcelona.
Jacobo Serra abría la noche, frente una sala que creíamos imposible que se llenase ¿sería por culpa del puente?; sin apenas darnos cuenta, el gentío consiguió hacerse lo suficientemente denso como para tener que alzar la mirada hacia los “balcones” superiores, intentando buscar unas mejores vistas (pero imposible, también estaban llenos). Jacobo, sólo con su guitarra, consiguió que algunos se animasen a corear con él la última canción, aún así, el ambiente se notaba más disperso que de costumbre, más atentos al grupo principal.
La llegada de Kaleo al escenario hizo estallar Razzmatazz en una fuerte ovación, la ilusión de ver a este – no tan – reciente grupo, por primera vez en Barcelona, se veía reflejado en las caras de la vasta mayoría del público; la primera canción escogida, ‘Broken Bones‘ no hizo sino incrementar esa sensación, y las primeras estrofas demostraron que la voz de JJ Julius Son es tan potente como la esperábamos.
De origen islandés (y nombre Hawaiano) , no es un grupo que se pueda comparar con sus conciudadanos más conocidos (Of Monsters And Men, Sigur Rós, Björk…), sus raíces musicales son más cercanas a la música de procedencia norteamericana como el blues, el rock y el folk; tal vez por ello, los componentes del grupo llevan desde 2015 asentados en Estados Unidos.
Es difícil averiguar si todo ello les ha convertido en un grupo capaz de aparecer en las listas semanales de las radios más populares del país, a la vez que actuar como teloneros de The Rolling Stones (e incluso apareciendo como banda sonora de Vinyl, la serie producida por Mick Jagger). [Me es inevitable comparar este parágrafo con uno similar que realicé hace unos años en una crónica sobre James Bay ]
Lo que sin duda quedó plasmado en el concierto de Kaleo, son los conflictos que tantas características aportan; por un lado temas potentes como ‘No Good‘ o ‘Hot Blood‘ parecieron atenuarse y resultar algo forzadas; el público disfrutó especialmente en ellos, pero las versiones en este directo no nos gustaron como en el disco.
Por otro lado, temas más lentos y previsiblemente conmovedores como ‘Vor í Vaglaskógi‘ (cantada en islandés) o ‘All The Pretty Girls‘, no consiguieron rozarnos, la voz de JJ Julius Son, aunque potente, no logró transmitir. Lo intentó con algunas anécdotas entre canciones y animación durante el bis, pero siguió sin emocionarnos; su actitud nos seguía resultando pasiva la mayor parte del tiempo. Por contra, el resto del grupo parecía querer compensar la situación con gestos de ánimos hacia el público y un mayor acercamiento y dinamismo.
Leyendo estos últimos parágrafos uno podría pensar que el concierto fue un desastre. No seria correcto finalizar esta crónica con tan mala sensación: no era la primera vez que veíamos a Kaleo; con el efecto “novedad” ya dejado atrás, las pequeñas fricciones que podríamos haber apartado a un segundo plano inicialmente, han resonado en esta ocasión, derivando en contrastes como: Potencia vocal / Actitud fría, temas “cara A” / temas “cara B”, puesta en escena / versiones en directo algo apagadas… que nos hacen dudar si Kaleo son un volcán a punto de entrar en erupción (no los nominan a un Grammy sin motivo) o si, por contra, quedarán a su sombra.
Si quisimos repetir nuestra primera experiencia, sería por algo ¿no?