Treinta y largos grados a la sombra, quizás el día más caluroso en lo que va de verano. Barcelona, una caldera. Dos cuarentones asiduos a conciertos de todos los estratos del metal vagan por Barcelona a la caza de una sombra o algún Bar cercano al Pueblo Español. Hoy toca Iron Maiden pero estos dos peregrinos han venido a purificar el alma a la sombra de Gustavo Santaolalla.
Así mi hermano Kiko y uno mismo conseguimos recorrer las horas de un infernal día de verano, hacia lo que prometía iba a ser una velada especial. Gustavo Santaolalla cerraba una gira exitosa, en la que recorría una carrera de lo más variopinta y personal, y lo hacía aquí, en Barcelona, en el Festival Alma.
El escenario está repleto de instrumentos de todo tipo, algunos reconocibles, otros no. Los cinco músicos que salen al escenario asumen su puesto y comienza la velada. Poco más tarde Santaolalla aparece acompañado por dos compañeros que le ayudan a sentarse. 71 años, pelo y barba larga, de un blanco imponente anuncia que lo de hoy no es solo escuchar música instrumental para metrajes, hoy viajaremos por las manos y mente del maestro.
Reconozco asombro cuando sus temas “Abre Tu Mente” y “Quiero Llegar”, y con “Camino» , son Rock Progresivo setentero con algún toque Pop de lo más inspirador. Solos de guitarra y hermandad Hippie se respira en estos primeros temas iniciales.
“Canción de cuna para un niño astronauta”, una canción que escribió con apenas 17 años y que a día de hoy se puede escuchar en las instalaciones de la Nasa, continúa con el legado rockero del argentino, junto con las canciones» A solas» y «Todo vale».
En todo momento Santaolalla va explicando el sentir y lugar que tiene cada tema en su mundo y poco a poco va adentrándose en el mundo que le ha hecho mundialmente famoso, las Bandas sonoras de películas. Primero con
«The Apology Song» de la película de animación «The Book Of Life» y luego con la oscarizada “Brokeback Mountain”. y canciones del film «Diario de una Motocicleta«. Llegaba el momento que todos los presentes, adolescentes y ciudadanos bastante más vividos, habíamos venido a escuchar, The Last Of Us.No hace falta decir la gran ovación que Santaolalla recibió durante varios minutos. Todos de pie para agradecer al maestro que se despidió con un tema «Pa Bailar«, con la que varios valientes se levantan de sus sillas y hacen lo propio, bailan. Celebran lo regalado. Un linaje multidisciplinar plagado de mensajes y melodías que por siempre acompañarán a una de las noches más calurosas de una de las ciudades más antiguas del mundo.