Fotos: Mercedes Suitfil
Foster The People es de esas bandas que suben tan alto y tan rápido que con el paso del tiempo temes a una caída súbita y dolorosa. Es muy difícil gestionar tu trayectoria musical cuando a las primeras de cambio arrasas con hits de talla mundial y llenas ahí donde vas. Dos álbumes de notable alto son un bagaje tremendo que se puede convertir en la losa más pesada. A sabiendas de esa pequeña gran presión, los californianos visitaban la sala Razzmatazz de Barcelona para hacer algo aún más complicado, presentar su nuevo disco ‘Sacred Hearts Club‘ sin haberlo estrenado.
- Foto: Mercedes Suitfil
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A favor de la banda liderada por Mark Foster, hay que decir que donde la gente ve riesgos, ellos ven oportunidades. Y la gira está más que calculada. También es excitante descubrir canciones que aún no has escuchado y marcharte a casa con la sensación de que hay vida tras los incontestables éxitos cosechados en el pasado. Foster The People se sacó bien rápido esa mochila de piedras para marcarse un concierto completo, sobrio y serio pese a las excentricidades de Mark.
Hablemos de las excentricidades de Mark. Su actitud viajaba entre lo chulesco y lo vacilón. Pensábamos que podía ser por un exceso de soberbia pero luego soltaba frases sinceras de agradecimiento y de verdadera emotividad. Foster no es soberbio. Es un poser con semblante desafiador pero con el corazón más blando que una patata ‘al caliu’. Surfeó las olas de Barcelona con decisión y esquivó las críticas con un juego de pies inaudito. ¿Dio clases de Charleston alguna vez? Quien sabe… lo que sí quedó claro es que se mueve como los ángeles. Parecía que sus piernas flotaban en un escenario plagado de cables y amplificadores. Él navegaba de lado a lado mientras movía sus hombros sin parar. Iba sacando su yo ‘showman’ que lleva dentro con un punto comedido y algo miedoso, tics que fue abandonando a medida que recogía pequeños triunfos.
Estas mini-victorias que Foster The People iba consiguiendo fraguaron el triunfo final en Barcelona. Como Mario cogiendo monedas, o Sonic sus anillos. Una carrera de fondo en la que terminaron agarrando la seta mágica que les hizo ser una súper banda como antaño. En términos de setlist se puede afirmar que sacaron lo mejor de sí. Pero también soltaron muchos temas nuevos. En las primeras de cambio gastaron la bala de ‘Helena Beat‘, movimiento arriesgado a la par que valiente. Tardaron algo más en tocar sus míticos anthems como ‘Pseudologia Fantastica‘ y, sobre todo, una versión más calmada (preciosa) del ‘ Are You What You Want to Be?‘. Luego vinieron dos bombas del calibre de ‘Coming of Age‘ y ‘Pumped up Kicks‘ para lograr el delirio colectivo. Aunque hay que celebrar el descubrimiento de un gran tema como es ‘Lotus Eater‘. arrancando la faceta más rockera de los californianos. La usaron para hacer el falso cierre. Un bis con poca incertidumbre porque faltaban dos grandes temas como son ‘Houdini‘ y ‘Call It What You Want‘.
Un concierto que no hace más que confirmar que con ‘Sacred Hearts Club‘, Foster The People tienen cuerda -y vida- para mucho rato.