Cantante, guitarrista y compositor de una de las bandas de metal mas elogiadas y respetadas por los amantes del metal extremo, pero que buscan algo mas sofisticado y evolutivo.
Hoy me atiende al teléfono Eloi Boucherie para hablarnos del nuevo trabajo de Vidres Fragmentes de L’Esdevenir, que verá la luz el próximo 1 de Julio y que nosotros ya hemos tenido la suerte de poder escuchar. Pronto os traeremos la reseña explicando lo que para nosotros es ya, uno de los mejores discos del año.
Después de saludarnos, hablar de Ajedrez y de otras cosas que no os importa, así comenzó la entrevista:
-Hola Eloi, gracias por darnos un poco de tu tiempo, sabemos que estas muy ocupado. La primera pregunta que quería hacerte es referente a la temática del nuevo disco que saldrá el próximo 1 de Julio. ¿De que nos habla Fragments de l’Esdevenir?
-Gracias a vosotros por el interés, pues mira, es una manera de simbolizar en cinco temas, cinco fragmentos de un futuro inmediato, a través de vivencias personales del presente. La sensación ambivalente de ver el colapso de la sociedad cerca, pero al mismo tiempo rendir homenaje a la vida a través de poemas míos y de Martí i Pol, que es una de las señas de identidad del grupo. Para este álbum los poemas que hemos escogido de Martí i Pol son un canto a la vida en contraste con ese colapso que vemos venir. También quiero tener un poco de esperanza y sentir que hay luz, y que los cambios que puedan venir, por dolorosos que puedan llegar a ser, también pueden traer cosas buenas.
-Sería como un morir luchando?
-Exacto, sí, o un renacer. Las cosas pueden empeorar pero nunca se sabe, a la postre, puede servir para una regeneración de la especie en forma de nuevos sistemas de comunidad en el mundo, o una nueva conciencia del mundo en el que vivimos. Quiero esperar eso, porque sin esperanza no se puede seguir adelante. Pues eso queremos simbolizar, fragmentos, trozos de cristales como los que salen en la portada.
Esta explicación me viene genial para la siguiente pregunta que queria preguntarte, y es por ese contraste que tenéis entre el mensaje vitalista de vuestras letras en contraposición de la música black, Death que lejos de hablar de simbologias vampiricas o satanicas, hablan de la vida. ¿Cómo lo hacéis, escribis primero las canciones y luego componeis la música o como es vuestro método?
La herramienta sobre la cual sustento todo el trabajo alrededor de Vidres a la Sang es la emoción, negativa, positiva o de cualquier tipo. Después de la muerte de mi padre, encontré en casa de mi madre un poema de Miquel Marti i Pol racionalizando sobre la muerte. Habla de que un día desaparecemos sin más y los que quedamos tenemos que darnos el mayor cariño posible, por que los que sufren son los vivos, no los muertos. Esa fue la fuente de inspiración para crear Vidres a la Sang y es todo lo que lo envuelve.
Vidres a la Sang, el nombre del grupo, viene precisamente de un libro descatalogado de Miquel Marti i Pol que se llama, ‘amb vidres a la sang’ y lo hace en alusión a una metáfora al envejecimiento. La sensación de tener vidrios en la sangre, lo que llamamos la mochila de la vida, todo empieza a pesarme, las cosas no me fluyen como antes, ‘tengo vidrios a la sangre’. Una metáfora tan bella, tan contundente y tan real que sirvió de caballo de batalla para lo que ha sido el grupo hasta hoy.
Miquel Martí i Pol, al final de su carrera, contrajo una enfermedad, esclerosis múltiple, que le dejó en silla de ruedas y llevó a transformar su poemario hacia su lado más oscuro, hablar sobre la muerte y el final de la vida. Esos son los poemas que me inspiraron en cantar en catalán, que en un principio lo veía como una idea absurda, porque nadie lo hacía por aquel entonces. Yo necesitaba una autoridad en la que poder escudarme y utilizar de excusa para cantar en catalán.
Lo que me gustaba de Martí i Pol es la claridad y transparencia de su mensaje. No estaba repleta de metáforas incomprensibles, era diáfana y de una elegancia estratosférica. Ese mensaje tan rotundo y cantado en gutural me parecía sublime.
El primer disco era integro de poemas de Martí i Pol pero fue el trampolín para poder arriesgarme a escribir mis propios textos. En los últimos discos la mayoría de textos son míos.
A partir de ahí todas las emociones que me suscitan en la vida como puede ser, por dar un ejemplo, la injusticia social, o cualquier cosa que lleve a emocionarme, ya sea por amor o rabia, se transforman en música y poemas míos.
Normalmente la música se construye para una letra ya existente. Primero plasmo la emoción en letra, a partir de ahí le ponemos la música que creo puede evocar esa emoción, creando una correspondencia entre letra y música. Pero para nosotros es tan importante la letra como la música que la acompaña.
Y eso se nota en vosotros porque hay una característica, para mi, de la banda, que es el recitar. Más que cantar, lo que haces es recitar una especie de odas que nos transporta de alguna manera a la música de cantautor.
-Me alegra mucho que hagas esa apreciación porque aunque nunca fue la intención inicial, sí es un poco eso. A la hora de hacer gutural, ya que no hay mucha melodía en nuestra música, no me gusta cantar de una manera simplista para adornar la música de manera contundente. Entiendo que el canto gutural no es un canto fácil de hacer y me gusta intentar dignificarlo.
Bueno el canto gutural no es un canto que esté demodé en la actualidad, más bien es un canto que se viene utilizando desde hace milenios para representar a según que personajes mitológicos o incluso emociones. Una gran característica de Vidres a la Sang es poder diferenciar el cante con una música, digamos minimalista, que acompaña la narración como si fuese una banda instrumental.
Exacto, al fin y al cabo es eso, caminar juntos y que todo salga de una manera más espontánea. El resultado de nuestra música no es nada más que el resultado de mis vivencias y mi pertenecer al mundo en el que vivo. Intento ser honesto relatando un mundo en el que creo que a veces no encajo.
El metal es el templo de los inconformistas
-(risas), eso eso.
Te quería hablar sobre el paralelismo que yo veo con la música Black y death con la identidad de nuestro país donde, a partir de la segunda república hubo una lucha que comenzó en el 36 contra un bando monárquico y clerical. Estos géneros musicales suelen ser subversivos en ese aspecto y muy vinculados en nuestro país, a pensamientos anarquistas o comunistas. Al final tú cantas en catalán y recitas poemas de Miquel Martí i Pol, el cual no conozco pero por sus pensamientos seguramente esté más vinculado a la izquierda que a la derecha.
-En mi caso nunca he querido vincular a Vidres a la Sang con ningún pensamiento político. Lo que es Vidres, es Vidres y luego están los pensamientos políticos míos y los de mis compañeros, que son muy diversos y eso no ha generado nunca ningún problema.
Miquel Martí i Pol, se supo que fue independentista y parte de su trabajo habla de la ilusión que él tenía sobre tener un estado catalán. Yo nunca he utilizado esos poemas. Los países y las fronteras es una concepción que me viene demasiado grande, quizás tenga una visión naif, pero realmente no va conmigo.
Me expreso en catalán porque es la lengua que más domino, porque es mi lengua materna no por algo político. Si necesito expresarme lo haré en el lenguaje que más domino.
No venimos a reivindicar cantar en catalán, nosotros hacemos lo que hacemos porque nos gusta así. Nuestra música tiene que ver con el humanismo, con un viaje emocional y filosófico. Somos de aquí, el catalán es mi lengua y en catalán me expreso, pero nada más

Me interesa mucho como componeis los temas y como los producís, desde como empezáis un riff a como los grabais, tipo de instrumentos que utilizais, cabezales etc.
-En los inicios era un poco como todos los grupos, yo llevaba un riff y en el local de ensayo entre todos lo trabajábamos. Más tarde con la evolución digital y la escasez de tiempo que teníamos empecé a abarcar la composición completa de los temas. Poco a poco fui montando un estudio y pude ir profundizando en la composición que es la parte que más me gusta de la música.
Pues eso, una vez tengo la letra, como ya hemos comentado antes, empiezo a trabajar en la base rítmica con el easy drums que me va genial para fabricar la base. Yo soy un baterista frustrado, siempre me ha encantado. Soy el típico que siempre le pide a los baterista que me dejen pegar algún porrazo en el local de ensayo y siempre con los baterista he tenido una relación pasión-odio porque soy un pesado transmitiéndoles todo lo que me imagino para la base rítmica.
Con el tiempo me gustó tener controlada toda la composición, desde los patrones rítmicos, hasta guitarras y arreglos. Luego lo presento a la banda y si a todos les gusta pues lo trabajamos en grupo. Ellos me delegan esa confianza y nos ha funcionado siempre bien.
Albert es una pieza indispensable, aparte de sus prestaciones técnicas, por su sensibilidad musical, siempre logra emocionarme cuando me trae los solos. Lo que me enamora de él es que siempre sabe interpretar lo que siento para la canción. He tocado en otros ámbitos y me he encontrado con grandes guitarristas pero no me llegan al alma como Albert, siempre consigue sorprenderme, no solo como guitarrista sino también como arreglista. todo lo que aporta es genial.
Entre Albert y yo cerramos los discos. Este disco ha sido una excepción porque hasta ahora gravaba los bajos del disco Marcos y está vez con Martín fue una experiencia especial, casi religiosa. El bajo es un instrumento denostado en el metal y es de una complejidad brutal y todo eso lo empecé a aprender en la compañía de Martín. Ver cómo entiende las líneas y ese diálogo con la batería son tesoros que me ha regalado estar cerca de él. Tener a Martín en este disco es un lujo y estoy muy agradecido, es imposible tener un bajo mejor.
Además gran parte de Vidres a la Sang componéis el proyecto personal de Martin Méndez ‘White Stones’. que me puedes contar de este proyecto.
-Hace muchos años que conozco a Martín y tenemos hijos de la misma edad que juegan juntos, pero el compartir musicalmente un proyecto, no se había dado, teníamos una relación natural de amigos. Y ha salido natural. Con White Stones yo estaba encantado de ayudarle grabando y haciendo pruebas, yo no iba a participar pero Martín me pidió que le echara una mano cantando y le gustó mucho el resultado, eso llevó hasta la creación de un disco. Me siento un privilegiado por poder estar tocando con Martín.
Tanto Sed de Sang como este último álbum, la música de vidres a virado a un sonido más limpio y menos agresivo en cuanto a distorsion y arreglos. A que es debido?
–Pues tengo que decir que Martín fue una pieza importante al respecto, él me descubrió el amor que ahora mismo siento por las Stratocasters, y en gran medida el sonido Fender es el gran cambio. El adora las Stratocaster y pude vivir en mi estudio con todo el arsenal que tiene, (risas), lo que te ofrece este instrumento, esa brillantez que te da la cuerda y que perfectamente se puede aplicar al metal extremo. Eso es una cosa que me descubrió él. Me animó a probar con guitarras stratos para hacer Black.
¿por ese Jimi Hendrix que tienen las stratocasters?
-exacto, por ese notar la cuerda, la pulsación. Eso hizo que me fuera enamorando de esta guitarra. hasta el disco anterior tocaba con una B.c. Rich, metalera clásica con las seymour Ducan y todo muy bien, pero he ido descubriendo nuevos universo. Tocar con menos distorsión y delegarlo al bajo, dotando a la música de una mayor profundidad. Reformular los sonidos tradicionales del metal que son bastante más comprimidos, algo que aborrezco.
Y ese conocimiento ha sido otro regalo de estar cerca de Martín. Estar con un músico que ha estado en los mejores estudios del mundo grabando con los mejores equipos y que te enseñe algunos truquillos.
Antes siempre tocábamos con Mesa Boogie y estábamos anclados en el sonido de siempre, metalero. Descubrimos con el canal naranja, el clean, que saturándolo conseguíamos un sonido más clásico, más Orange.
Bueno ese sonido setentero, ¿no?
-Es que es la cuna de la creatividad absoluta. En los años 70 estuvieron totalmente desatados toda una generación de músicos, fue una maravilla. Siempre lo hablo con mi mujer, ojalá hubiéramos vivido esa época.
A lo mejor estaríamos muertos, nos habría dado una sobredosis…
-Pero con una sonrisa de oreja a oreja (risas). Pues eso es, volver a las raíces para hacer algo nuevo. Es como una paradoja, vuelves a lo clásico pero en realidad todo es para avanzar. Siempre he sido partidario de aprovecharlo todo, cualquier herramienta me ofrezca la cultura moderna, junto al legado musical que existe e intentemos casarlas. Jugar con esas sensibilidades y salir de producciones mainstream que hacen sonar todo igual.
Hace no mucho hablaba en una reseña de un disco, no me digas decirte cual, que estamos en gran época para la música metal nacional. Jamás han habido tantas bandas y tan bien producidas. Pero también es verdad que tienes que desbrozar machete en mano, como en la selva, para encontrar algo que realmente suene diferente.
-Yo esto lo comparo siempre con la cocina. Antes ibas a un restaurante de toda la vida, que tenía el menú de siempre. La ensalada verde, el bistec, y tal. Pero era ensalada en que la lechuga sabía a lechuga y el bistec sabía a bistec. Hoy en día la gente está más preocupada en la presentación del plato con la reducción de no sé qué, la salsita no sé cuántos, la parafernalia de cerámicas de no sé qué diseñador. Muy bonito y no me sabe a nada.
El vinagre de módena y el queso de cabra en las ensaladas
-El puto vinagre de modena y el puto rulo de cabra que ya cansa. Y en la música es lo mismo. Realmente hay más conocimiento gastronómico que nunca pero estamos en ese impás en el que, hay demasiada oferta, demasiada información y no sabemos qué hacer con ella.
Al final acabo escuchando siempre los mismos discos de siempre y no acabo de enamorarme de nada. Quizás sea culpa mía, pienso, ‘te vas haciendo mayor y buscas tu zona de confort’. Pero en realidad escucho mucha música novedosa fuera del metal.
Creo que al metal le falta evolucionar un poco. Y lo diré con la boca pequeña por el respeto que le tengo al género pero todo el tema de satanismo, gore y el folclore que envuelve a metal ya está un poco pasado de moda. Entiendo que guste pero, no hay una inquietud para ir un poco más allá?.
Bueno es una estética que se va arrastrando y un imaginario, sobre todo del black y Death anclado en los ‘90
-Claro, ya lo hemos vivido. Són los mismos patrones y de alguna manera es un estancamiento. La cosa al final va de purista. como el Thrash por ejemplo. Igual me estoy volviendo cascarrabias (risas), quien no se ha hecho pajas con SLAYER, pero aborrezco los clichés de siempre.
Bueno el Thrash está volviendo, no crees que puede ser que nosotros somos ya un poco mayores y los jóvenes que entran quieren disfrutar de su momento Thrash…
-Si puede ser, pero por ejemplo, no se si viste la entrevista que les hicieron a Angelus Apatrida en la Resistencia. Fue de un rancio brutal, con la Candela Peña diciendo tonterías. Fue bochornoso a más no poder. Esta es la imagen que se lleva la gente del mundo del metal. que si no lavamos el pelo, yo ya no me lo lavo porque no tengo (risas).
Lo que veo realmente metal es la pulsación de su música que te hace mover el cuello. Todo lo que son postureos no va con Vidres a La Sang.
En realidad pasa en el metal y cualquier ámbito musical. El marketing y el postureo. Es un poco lo que venía a denunciar en la ‘canción mor de paraula’, el primer single del nuevo disco, porque a nadie le importan ya las palabras, solo importa la imagen y la superficialidad. Hoy en día te lo tienes que currar para encontrar honradez en una propuesta musical sea del ámbito que sea.
¿Tendremos Gira o conciertos para 2022?
Está difícil para este año, nuestro baterista Jordi vive en Alemania y toca con Crippled Black Phoenix. Es complicado encontrar un hueco para que estemos todos, teniendo en cuenta que tenemos familia, hijos etc. Estamos sopesando esperar al año que viene aunque no aprovechemos el lanzamiento del disco que sale el 1 de Julio. Además después de la pandemia están todas las salas pilladas. Pero bueno iremos viendo y lo que es seguro que cuando toquemos intentaremos hacer el mejor concierto posible.