Volvían Deez Nuts a Barcelona el martes pasado, esta vez con show completo y trayendo consigo un cartel de hardcore de lo más variado. Nasty, Expire, Coldburn y Louie Knoxx los acompañaban en esta gira de presentación de su nuevo álbum, Word Is Bond. De estas cuatro bandas solo pudimos llegar a ver el final de Nasty, dado que los conciertos empezaron demasiado temprano. Los belgas descargaron su lento y pesado beatdown en una Razz 3 poblada de amantes del hardcore de todos los estilos, pero lejos de conseguir el siempre deseado sold out. Varios de ellos, situados en la primera fila, se lo pasaron en grande repartiendo puñetazos y patadas voladoras al aire, esparciendo de esa forma toda la adrenalina que la violenta música de Nasty obligaba a segregar.
Menuda sorpresa nos llevamos después al ver que Deez Nuts empezaban a las 21:30 h, media hora antes del horario fijado. Llegamos a pensar que faltaba una banda más aún por tocar cuando Nasty finalizaron el bolo tan temprano, pero no fué así. Por el motivo de la pronta salida al escenario de los australianos, la sala reaccionó friamente al principio, y eso que el inicio con What I Gotta Do y Like There’s No Tomorrow vaticinaba un buen festival.
Si bien es cierto que dedicaron parte del bolo a defender varios temas de Word Is Bond, como Face This On My Own o What’s Good?, para nada le dieron prioridad absoluta y claro quedó que cortes como Stay True o I Hustle Everyday siguen siendo reyes de su discografía.
Muchos bailes y alguna que otra hostia desmedida se vieron en el pit, que se movía al son del ritmo que propinaban los rapeos de JJ Peters, siempre bien conseguidos. El vocalista tuvo la ayuda del guitarrista Matt Rogers en ciertos tramos para poder llegar a interpretar todas las voces, logrando cuadrar perfectamente todas las partes. La banda estuvo excelente en cuanto a actitud y eso lo agradeció el público a base de ovaciones puntuales.
Se despidieron con su himno particular, Band Of Brothers y el fiestón que ello conlleva. Unas 20 canciones para una hora de concierto; a las 22:30 h ya estábamos fuera. Creo que es la primera vez que salimos tan pronto de un bolo de este estilo, aun así no se nos hizo corto, ya que la intensidad propinada en un directo de hardcore siempre acaba desgastando hasta al más preparado. No quedará en el recuerdo como el mejor concierto del género del año, pero eso no quita que fuera una buena manera de despedir 2015 para los fans de la música más cruda.