Fotos: Jordi A. Sintes
Crónica de Sónar de Día Viernes: https://goo.gl/49LtNy
Cuando uno visita por primera vez Sónar, puede intuir trazos de magnificencia por las dimensiones del sitio, el sonido envolvente, el gentío que abarrota las instalaciones… Pero lo que de verdad mide la grandeza del festival; el termómetro de calidad, suele ser su programación. No nos engañemos, ya van 24 ediciones y a poco que desgranemos el cartel, uno tiende a emocionarse. Volvamos a la raíz de la dimensión de Sónar Festival. La primera cita con este festival suele ser abrupta; súbita; nerviosa. La cita en la que derramas la copa y te tiembla la voz al articular palabra. Eso se atribuye a la trascendencia de las estancias situadas en la Fira d’Hospitalet. Sónar de Noche es grande y divertido. Hay de todo y para todos. Todo funciona ‘o’clock’ y a poco que te aburras tienes planazo a pocos metros.
El estreno del formato de noche en Sónar Festival 2017 no pudo empezar mejor. Una maldita eminencia de la talla de Dj Shadow, con 21 años en el ruedo, fue el encargado de abrir el tarro de las esencias en Sónar Club. Ya conocíamos su live pero aún así no dejó de sorprendernos. Electrónica en mayúsculas; eclecticismo sumo y una ejecución impecable tanto a nivel musical como visual. Esos fueron los principales alicientes de una de las grandes actuaciones de la velada en el recinto nocturno. Shadow, ataviado con su sempiterna gorra y su semblante jovial, ofició una lección magistral de turntablism, scratching y mezcla de géneros ante un público que perdía el norte al verse superado por las penetrantes proyecciones del compositor californiano. Mucho rap, algo de dubstep y un poco de electro para fijar un arranque poderoso de Sónar de Noche.
Los engranajes funcionaban a la perfección, el recinto se llenaba paulatinamente aunque hubo que parar máquinas para degustar el maravilloso directo de Anderson .Paak & The Free Nationals. De largo, lo mejor de la noche con el permiso de Soulwax. El rapero californiano si cumplió a diferencia de Tyler, Frank y Earl. No se si me explico. El elenco de artistas que mezclan pop o soul con bases rap nos tiene cruzados. Y tuvo que ser el más humilde y dicharachero de todos, .Paak, el que salvase el nombre de un género que se empezaba a mirar con malos ojos en nuestras tierras. El americano lo hizo todo. Arropado por los The Free Nationals, quiso tocar todas las teclas del juego. Cantaba; acariciaba el piano; coqueteaba con una guitarra y se terminaba desmelenando en la batería. Su performance fue enérgica, llena de groove, de ritmo y de entrega. Si quiere, se va a comer a quien quiera. Su juventud y predisposición, sus mejores armas para alzarse con el trono.
Otros que rayaron la excelencia fueron Moderat. La formación constituida por Apparat y Modeselektor se redimió tras su sobrio paso por el Primavera Sound el año pasado. Sin el afán de compararlo, hay que reconocer que el grupo berlinés estuvo más que a la altura en esta ocasión. Los visuales impecables, la contundencia de los beats minimalistas en clave techno en su línea triunfal; y lo único achacable es que gastaron su mejor artillería a las primeras de cambio. Sacaron a relucir sus mejores temas como ‘Reminder‘ o ‘A New Error‘ al inicio del live. Algo que quizá se utilizó como arma seductora ante los más curiosos.
Menos movido; más aburrido, fue Nicolas Jaar. Quizá erramos pero nos destrozó el hecho de hilvanar una ‘intro’ interminable. Entendemos su música experimental como tal. Al final es eso; mezclar sonidos orgánicos con otros tantos licuados y no terminamos de entender ni cuajar los oscuros ritmos que nos brindó el productor chileno. Conocemos de su buen hacer así que, como mucho, podemos hablar de una discutible gestión de timing. En fin, demasiada gente y poca pasión.
Jacques Greene calentó Sónar Club de forma notable con una sesión que no acaparó suficiente atención anque el escenario más magno de Sónar de Noche esperaba con muchas ganas el regreso de Soulwax a Barcelona. Amigos de la ciudad condal y genios en la mezcla; en la faceta productiva están de dulce. Tras un gran año a nivel de estudio, con el lanzamiento del celebrado LP ‘From Deewee‘, los belgas oficiaron una de las mejores performances del festival. Ataviados con trajes blancos y presidiendo el centro del escenario; los hermanos Deawele estuvieron custodiados por 3 baterías que marcaban el tempo de un directo trepidante y en el que la percusión era el ingrediente principal. Una concatenación constante de solos de batería, sumados a la pericia de David y Stephen a los mandos, fraguaron una simbiosis colosal con tintes épicos para llevarse el reconocimiento total del público.
Llegaba el momento de los cierres y ahí cupo de todo. Algo de bass music bastante descafeinado por parte del presentador de la BBC Radio 1, Benji B; techno industrial de la mano de Dubfire (de 10) y techno maleable y escurridizo por parte de Nina Kraviz. Como siempre, hubo de todo y para todos. Cierres para todos los gustos y la confirmación de que, por ahora (y por muchos años más) la fórmula de Sónar de Noche seguirá funcionando a las mil maravillas.
Fotos por Jordi A. Sintes en Sónar Festival – Jordi A. Sintes Photography
Publié par Eargasm sur samedi 17 juin 2017