El cartel de sold out llevaba días colgado en la web del Let’s Festival. Yo no sé si es que el público de Manel se ha vuelto un poco vago, acomodado, mayor… pero el concierto del Hospitalet de Llobregat era de los pocos que la banda ofrecía en sala, de pie. Últimamente todos los conciertos que el grupo ha anunciado por los alrededores de Barcelona son en auditorios o teatros, y yo que sé, supongo que había ganas de moverse (evidentemente sin contar los festivales, me refiero a los conciertos de ellos en exclusiva).

La banda empezó perfumando la sala con Formigues, canción incluida en Per la bona gent, álbum que venían a presentar. Manel lo tienen todo milimetrado y estudiado, nada puede fallar, y no falla. Colocados en forma de U; con Roger delante a la derecha, Arnau detrás, Guillem delante a la izquierda y Martí al fondo, tocaron con precisión de cirujano plástico Els entusiasmats, Aquí tens el meu braç y Canvi de paradigma. Revisitaron las sillas con Captatio benevolentiae, la armadura con La cançó del soldadet, el amarillo con Teresa Rampell (vaya hiiit) y la competición con La serotonina.
Poco queda de aquella banda de 2008, es increíble la soltura y la fuerza que han ido adquiriendo en los últimos años. Ya no hay estaquirots ni historias que te contaba tu madre antes de ir a dormir, ahora hay movimiento, energía, pocas palabras y muchas luces. Jo competeixo es maravillosa en directo y tocar Teresa Rampell y Boy band seguidas es ir a ganar. Se lo pasaban bien, lo hacían pasar bien, era un disfrute estar allí.

Fueron casi dos horas de concierto, presentando el nuevo álbum, pero sin olvidar el camino recorrido y lo que les ha hecho llegar a una larga serie de sold outs. El público se entregó y gozó de la banda, para terminar en una gran fiesta presidida por Benvolgut y Boomerang. Podemos confirmar que Manel son una Boy Band.