Cooncert es una plataforma que nació en 2013 con una misión tan suculenta como ambiciosa. Querían dar cabida a todos aquellos conciertos que por una cosa u otra no tenían gira en nuestro país, o en nuestra ciudad de residencia. Gracias a un sistema de votos web, el cual asegura más o menos la intención de la gente de comprar las entradas de un eventual concierto, Cooncert ha conseguido labrarse un nombre entre las grandes promotoras del mundo de la música. Cooncert produce y coproduce bolos, bolitos y bolazos. Si hace unos meses traía por primera vez a Tash Sultana a Barcelona, hicieron lo mismo con FIDLAR. La banda de punk garaje aprovechó su visita al DCODE de Madrid para oficiar un concierto en la 2 de Apolo.

La noche estaba raruna. El fresco volvía a echarnos un cable y no había teloneros. Las puertas abrían a las 20h, una hora antes del concierto lo cual me parecía medio sensato al pensar que lxs seguidores más acérrimos a los californianos les podrían seguir desde primeras filas. Algo que saltó por los aires con el primer pogo. Pero antes déjame que te ponga en antedecentes. FIDLAR es una banda muy punk que ha abrazado temáticas y melodías surferas, skaters y sonado garage en esencia. Los americanos presentaban savia nueva de título Almost Free, un nuevo disco alejado del frenesí, de las guitarras veloces y con temas menos pogueables –há, que te lo crees-.

La 2 de Apolo se hizo pequeña pero el hecho de estar tan pegadito al de tu lado te obligaba a moverte. Pero eso era faena de FIDLAR que a las primeras de cambio nos mandaron al suelo para romper en un pogo que se convertiría en estado de ánimo. Saltos, codazos afables y empujones empapados en sudor, cerveza y sonrisas. Hasta un pogo solo para chicas. La locura se apoderó de la sala hasta tal punto que a los quince minutos se tuvo que parar el concierto para recolocar un foso que se hacía trizas mientras los empleados de Apolo nos pedían un poco de cordura. No es que eso se fuese convertir en una misa de golpe y plumazo, pero el respeto y las falsas treguas de FIDLAR dieron pie a reducir los sobresaltos, que no los saltos.

El setlist fue amabilísimo, por cantidad y calidad, pero agresivo y desenfadado en cuanto a la pureza del directo. Viajar desde el punk californiano hasta el blues rock más depurado y pesado u sosegado no es fácil. La madurez de FIDLAR mezcla una semihuida de su zona de confort, pero sin renegar a su más pura esencia punk. Temas como Can’t You See o By Myself sonaron de maravilla, además, se atrevieron a versionar Undone – The Sweater Song de Weezer hilando un concierto redondo en el que volamos más que los vasitos de cerveza.