“Y acabó Dios en el día séptimo la obra que había hecho, y reposó el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó” (Génesis 2:2–3)
Dime ¿No se supone que el domingo es el día que se decretó en las Sagradas Escrituras como día de descanso, recogimiento y reflexión? ¿No debe ser reservado el domingo como el día para el disfrute con la familia, con amigxs, con novixs? ¿No es acaso el domingo este día de la semana en que hacer NADA está permitido y hasta bien visto? ¿Qué carajos estaba haciendo yo en Sabadell, viviendo en Barna y dependiendo de los horarios de tren, un domingo nublado por la tarde? ¿Cómo es que me dejé convencer para cubrir un bolo de Black/ Doom/ Death cuando podría haberlo aprovechado para hacer cualquier otra cosa?
Tal vez son las mismas preguntas que se hacen los que les toca trabajar como día normal todos los domingos en este lado del mundo (el capitalista occidental, cínico y judeo-cristiano) y la respuesta a ese sacrificio se refleje en lo que les motive a hacerlo. La mayoría de las veces es solo por la pasta. Yo preciso de otras cosas para hacerlo: lo que motivó a sacudirme la apatía dominguera fue haber leído el evento de FB que me pasó entusiasmado el editor de Darkeargasm, que se describía como:
“Domingo pestilente en la sala VADEmúsica de Sabadell. Tarde-noche lenta, horripilante, putrefacta y sólo para despojos con los bolos de BARBARIAN SWORDS (black doom), BOCC (death doom) y TROLLCAVE (death doom, funeral doom) Esta peña acabará con tu paciencia”
Ni en pedo, dije a priori, pero no le costó mucho convencerme después de haber escuchado la música y leído sobre las bandas en cuestión. Aparte: ¿qué otra cosa mejor podía haber hecho un domingo nublado por la tarde que reventarme la cabeza con esta maravillosa peña nihilista, fotografiarles y escribir sobre ellxs? ¿Ir a la iglesia, ponerme pedo en el bar de la esquina, ver Netflix, buscarme novia? Bah.
Fue una satisfacción encontrar unas cuantas caras conocidas a la entrada, y entre comentarios odiosos sobre los malditos domingos me enteré de todas las movidas y proyectos en los que están metidos algunos de ellos. Por ejemplo Carlos, Marta y Marc, los componentes de TROLLCAVE, que a su vez trallan en otras bandas de la escena y no paran de tocar en directo, grabar y meterle pasión a lo que hacen. En esta ocasión me tocó verles mutar en un trío de batería (Marc) guitarra (Marta) y voz (Carlos) que tiran de un Funeral Doom con toques Death por el momento en pleno desarrollo, ya que solo tienen grabada una demo con tres temas y un disco completo en el horno, con fecha de salida a fines de diciembre. En directo sonaron justos y en mi opinión les falta el acompañamiento de otra guitarra o un bajo que acentúe los pasajes sórdidos y claustrofóbicos propios del género, que Carlos, aún con mucho oficio para crear la atmósfera necesaria con su voz y plante en el escenario (o debajo) no logra cubrir.
Le tocó el turno a BOCC, banda muy en activo en el circuito, que en septiembre último lanzó su último disco “Dolça Mort en els Llims del Rec Comtal”, que sinceramente me partió el coco cuando lo escuché la semana antes del domingo, al igual que el resto de su material. Destaco mucho el nivel artístico de las portadas de sus discos y del merch, así como también la poca justicia que le hace las voces grabadas si las comparamos con la performance vocal en directo, mucho más nítida, sin perder poderío ni intención. Este power trío de Death/ Doom sonó demoledor en directo y los presentes devolvimos la descarga a base de nucazos. Me supo corto el set, por lo que espero verles pronto tocando algunos temas más, tal vez como cabeza de cartel, que tablas y música no les falta.
Para guinda del pastel de Doomingo sangriento quedaron los BARBARIAN SWORDS, quinteto de Barcelona que en sus notas de prensa se describen como “Total Nihilism- Bastard Rock n´Roll/ Extremely Blackened Funeral Doom Metal” y que después de haber escuchado sus registros musicales no me quedaron dudas al respecto, solo me quedaba corroborarlo en directo. Me habían comentado que hacía bastante tiempo que no tocaban y me extrañó, porque con la trayectoria de más de diez años a cuestas y una sólida discografía (incluyendo un registro en vivo en la desaparecida sala Rocksound) dan para que esta banda esté dando tralla más seguido. El cuarteto instrumental suena poderoso, sin fisuras, y a Von Päx, su front man, sí que le gusta provocar y generar repulsa. Según iban pasando los temas el hombre se iba soltando más y su actitud fue fiel a la descripción de la banda, sobre todo en lo punky nihilista “Que os follen a todxs!!” que repitió hasta la saciedad y no creo que le guste a muchos. Pero a ver… se trata de una performance, y creo que a unos cuantos nos gustaría canalizar de la manera que lo hace Von Päx con su arte. Debe quedar como nuevo al bajarse del escenario, eso sí.
Así dieron las diez de la noche y salí pitando a pillar el último tren dominguero de vuelta a la República de Sants, aprovechando el viaje para anotar algunas impresiones sobre el bolo y revisar las fotos, que salieron pésimas por la mala iluminación de la sala. Amigues dueños o encargados de salas, por favor, mejoren en la disposición de las luces, sobre todo las frontales, que no cuesta nada y ayuda al buen registro de los shows, que después se publicarán en medios que pueden ayudarles a captar más shows y público.
Una mano lava a la otra, y juntas se lavan la cara, recordar.
Me queda agradecer a la peña de Blood Fire Death por haber organizado pedazo de bolo para quitar la modorra de sobremesa Doominguera.
Que Dio les bendiga, nos vemos la próxima.