¿Estamos ante el mejor momento para escuchar rock y metal? Por muy desorbitado que pueda parecer hacerse esa pregunta en la década en la cual vivimos actualmente, muchos son los que cada vez caen más en la cuenta de que adentrarse en el océano de posibilidades que abarcan dichos géneros, que otrora fueron los más populares, puede ser un magnífico placer en los tiempos que corren.
2016 nos deja, y lo hace mostrando más claramente que nunca lo que ya lleva bastantes años ocurriendo en el mundo de los sonidos más duros: la ramificación, no ya de los géneros en sí, sino de sus subgéneros… Y de los subgéneros de los subgéneros, y así podríamos seguir casi hasta el infinito. La insaciable búsqueda de la originalidad y la innovación por parte de los artistas, ha creado un enorme árbol de propuestas musicales muy diferentes entre sí. Golpeados por todos lados, nosotros los oyentes somos los responsables de dirimir qué es bueno y qué no lo es, siendo esta una de ardua tarea en la que a veces uno no sabe en qué dirección dirigirse.
Al final, prima la subjetividad, y en esta lista pretendo resumir lo que ha sido mi año musicalmente hablando, sabiendo que me dejo buenos álbumes por el camino, pero seguro de que lo escogido ha sido de lo que mas he disfrutado durante 2016. Bandas jóvenes, otras no tanto. Estilos algo repetidos, otros frescos y actuales. Cómo no, variedad no puede faltar. ¿Denominador común? Rock. Ahí va:
10. Crobot – Welcome To Fat City (Nuclear Blast)
Rock duro y fresco. Es lo que se me vino a la cabeza nada más escuchar este disco. Esta banda consigue hacer que algo que pueda parecer repetitivo se convierta en lo más pegadizo del mundo. Marchoso y con mucho ritmo. Crobot nos brindan su segundo disco y ya les están comiendo la tostada a la gran mayoría de bandas de hard rock del momento. Son pura energía, y ganas para conquistar todas las salas por donde actúan no les faltan. Grandes merecedores para abrir esta lista.
9. Testament – The Brotherhood Of The Snake (Nuclear Blast)
¡Menudo año para el thrash metal! Si hasta Metallica han sacado trabajo. Los dioses del género han vuelto a lo grande, pero los que llevan tiempo abanderando la escena americana son los que aquí hacen acto de presencia. Testament nos han regalado otra joya que rezuma potencia y encima acierta en las melodías. Su pura maldad engancha en la primera escucha y se hace imposible de saltar en la lista de reproducción diaria de este año. Se ganan el noveno puesto, el más extremo de todos.
8. Heaven Shall Burn – Wanderer (Century Media)
Los conocí tarde, pero ya desde un primer momento me atrajeron. Tienen algo que los difiere de las demás bandas de metalcore y que los convierte en una de las más influyentes del género. En Wanderer uno encuentra esa mezcla de agresividad intachable con melodías más cercanas a la épica y guitarras que dirigen las canciones de forma magistral.
7. Killswitch Engage – Incarnate (Roadrunner Records)
Maestros del metalcore melódico. Desde que Killswitch Engage recuperaran a su vocalista original Jesse Leach, la frescura ha vuelto a sus composiciones. En Incarnate nos encontramos con los himnos que siempre les hemos exigido a esta banda. Rápido y eléctrico, a la vez que bien salteado con baladas muy conseguidas. Grata sorpresa para los fans de toda la vida, que poco esperaban un discazo de este calibre a estas alturas.
6. Kvelertak – Nattesferd (Roadrunner Records)
Un claro ejemplo de cómo abrirse paso en el mundo del metal gracias a la originalidad. Los noruegos Kvelertak y su black n’ roll volvieron este año al ruedo con su tercer disco, que me volvió a enamorar tal y como hicieron sus dos anteriores. En esta ocasión han introducido más melodía a cambio de dureza, siendo la esencia la misma: un híbrido entre black metal y rock n’ roll trepidante. Obras como la cación de 9min Heksebrann se le quedan a uno grabadas a fuego.
5. Witchcraft – Nucleus (Nuclear Blast)
El quinto disco de Witchcraft llegó a comienzos de año y ya supe desde un primer momento que me acompañaría durante todo 2016. Su desgarradora y profunda lentitud atrapa como ningún otro e incluso, en tramos donde la densidad instrumental se vuelve tan alta que hasta se hace casi insoportable, te sigue enganchando cual droga irrefutable. Magnus Pelander, cabeza pensante del conjunto, ha vuelto a crear una obra que ha traspasado toda expectativa.
4. In Flames – Battles (Nuclear Blast)
Sé que voy a contracorriente en cuanto a esta banda se refiere. Para muchos aficionados a In Flames, estos acabaron allá por 2002, con la publicación de Reroute To Remain o incluso dos años antes, tras Clayman. Pero para mí, los suecos, otrora reyes del death metal melódico, siempre tendrán algo especial. Seguramente sea porque álbum tras álbum, esa pizca de épica que le ponen a sus canciones me llega hasta lo más profundo de mi ser. Battles es, además, su mejor álbum en al menos diez años.
3. Gojira – Magma (Roadrunner Records)
Qué decir de estos franceses. Gojira son la banda de moda del metal actual. Aparecen en la mayoría de listas y están nominados a no-sé-cuantos premios este año. Aquí no podían faltar, ya que Magma supone para ellos otra barrera más que superan de la mejor forma posible. La evolución en su música es constante, así como su consistencia. De momento nadie se atreve a ponerles límites y yo tampoco lo voy a hacer. Simplemente les auguro un futuro en la cúspide rockera.
2. Truckfighters – V (Century Media)
Quizás pueda parecer una extraña elección para la segunda posición, no obstante, el nuevo compacto de los stoner-rockeros Truckfighters, ha sido uno de los que más me ha hecho disfrutar este 2016. La eficacia del disco reside en la incorporación de un estilo muy prog a sus composiciones rockeras. Un álbum compacto, que tiene que ser escuchado enterito, sin saltarse ni una estrofa. Entonces se disfruta a la perfección.
1. Katatonia – The Fall Of Hearts (Peaceville Records)
Número 1 para otro de los discos que hay que escucharse de pe a pa. Si bien en un primer momento la irrupción de este compacto de aspecto solemne en mi vida no me sorprendió (es más me pareció bastante aburrido), fue con las escuchas que me fue pareciendo una enorme obra de arte. No lo pondremos en la fiesta de cumpleaños de nuestro mejor colega, pero para mi ha sido un gran compañero de viaje en momentos de relajación o introspección en 2016. The Fall Of Hearts evoca serenidad y una oscuridad embriagadora. Un auténtico placer el dedicarle tiempo a su escucha, algo de lo que actualmente no vamos sobrados.